Capaz de hacer el bien y el mal por igual, el hombre debe cuestionar y reflexionar sobre aquello que lo hace humano no sólo desde el punto de vista filosófico, sino además en su relación con las ciencias de la vida que han revelado su naturaleza, libertad, y lo vinculan con la materia física, consideró Juliana González Valenzuela, profesora emérita de la Universidad Nacional.
“El humanismo de hoy responde a un ser humano que sin soberbia reconoce su proximidad con el árbol, el lobo y la piedra, percibe la naturaleza viviente y asume su parentesco intrínseco con ella”, expresó la ganadora de la séptima edición del Premio Internacional Eulalio Ferrer.
La reconocida filósofa ofreció una conferencia magistral donde explicó que las raíces de la humanidad se encuentran en los genes y neuronas, sin que esto invalide la autonomía del hombre, su libre proyección creadora de un mundo, la ética, estética, ciencia, espiritualidad, de manera principal sus bases vitales, materiales y, especialmente, su capacidad de hacer sentir bondad o hacer el mal.
Actualmente se viven tiempos muy malos para tener fe o creer o tener tranquilidad, donde predomine el bien sobre el mal, y viceversa, dijo la investigadora de la Facultad de Filosofía y Letras.
“El problema es que, de facto, estamos viviendo un mundo muy malo, con destrucción, y lo que más nos debe preocupar es la situación actual, es decir, una humanidad puesta en crisis por una pandemia tan tremenda que ha hecho que miles de personas pierdan su trabajo, sus vidas. ¿Qué viene después? ¿Cómo se levantará esta humanidad solitaria, que ha perdido tanto?”
Aquello que nos hace humanos
En la charla, organizada por la Coordinación de Humanidades, la Fundación Cervantina de México, AC, el ayuntamiento de Santander y la Universidad de Cantabria, González Valenzuela reflexionó sobre aquello que nos hace humanos, una esencia que no está separada de nuestra condición animal y material.
La académica dedicó su charla a la memoria de Eulalio Ferrer en reconocimiento a su amor por la cultura iberoamericana y a los valores del humanismo universal, y recordó que el origen del humano está en la gran explosión o Big Bang. “Con el tiempo la materia se hace vida, la vida se hace conciencia y la conciencia se hace libertad”.
A lo largo de su existencia, precisó, el hombre se desplaza por todo el planeta y habita por todos sus rincones, lo destruye, devasta la Tierra, lo devora todo, genera dolor y sufrimiento.
“Probó del árbol del bien y del mal y esa potencia ambivalente, del bien y del mal, dual, es justamente la libertad, ese margen de indeterminación, esa especie de agujero negro de su ser mismo; el hombre es capaz de hacer el mal con todo lo que esto significa”, externó.
Guadalupe Valencia García, coordinadora de Humanidades de esta casa de estudios, comentó que González Valenzuela “es una intelectual que hace brillar a nuestra Universidad en México y el mundo”, y reconoció que el humanismo hoy es un tema de innegable importancia, pues nos encontramos en lo que se ha llamado una crisis civilizatoria y resulta oportuna la reflexión de la universitaria galardonada.
Fuente: UNAM