Múltiples son los retos que enfrenta el actual sistema de ciencia y tecnología por lo que es necesario pensar en una política científica que involucre a todos sus actores, coinciden especialistas reunidos por el Instituto de Investigaciones Sociales.
Esta labor es un gran desafío pues implica involucrar en un trabajo coordinado a empresa, academia, incorporación de nuevos recursos humanos, partidos políticos y la sociedad como el usuario final del conocimiento, todos por un fin común y a largo plazo, algo que ha sido muy difícil de conseguir en las últimas décadas, agregan al debatir en el Foro ¿Qué Política Científica y Tecnológica Requiere el País?
Rosalba Casas Guerrero, integrante del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), destaca que definir una política de ciencia y tecnología surge en el periodo entre las dos guerras mundiales, y desde entonces los objetivos han oscilado entre el apoyo a la investigación básica, el conocimiento económico y el desarrollo social, alrededor de los cuales se han definido acciones y segmentado a distintos actores.
La socióloga explica: “La evolución histórica de estas políticas ha estado fuertemente interrelacionada con la evolución del concepto de ciencia, por ejemplo, la política para el desarrollo de la ciencia, la tecnología y los valores académicos, los usos tecnológicos de la ciencia para incrementar competitividad y crecimiento económico o una ciencia orientada a una estrategia para satisfacer necesidades”.
Con ella coincide Brenda Valderrama Blanco, investigadora del Instituto de Biotecnología, quien opina que en la actualidad no se ha querido incluir a los partidos políticos por timidez, y para no politizar el tema, pero si se requiere que trascienda el asunto éstos deben ser involucrados, pues son los que quedarán en el poder y entre más pronto comprendan la necesidad de apoyar las ciencias, la tecnología y la innovación, más se robustecerá su participación a largo plazo.
Los intereses de la academia, empresarios, sociedad y gobierno no siempre son los mismos, por lo que una política de ciencia debe dotar de coordinación y gobernanza al Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología. “No nos podemos dar el lujo de tener un sistema descoordinado, cerrado, ni vertical, necesitamos sentar las bases de una coordinación efectiva y generar las condiciones para una gobernanza lo más amplia posible”.
A su vez, Marcela Amaro Rosales, investigadora del IIS, estima que no es posible desvincular el crecimiento sin considerar el uso y generación de tecnologías como motores de cambios en las políticas de mercado, desarrollo y comercio, con la promoción de la investigación, desarrollo e innovación, las políticas públicas y el surgimiento de nuevos retos económicos, medioambientales, tecnológicos, sociales e institucionales.
La experta en ciencias sociales detalla: “El conocimiento tecnológico es un factor clave para el desarrollo económico; el aprendizaje es el proceso más relevante en las sociedades actuales; el conocimiento tecnológico, el aprendizaje y la innovación son fundamentales para lograr resolver problemas diversos de la sociedad. Dadas las brechas de desigualdad entre países y economías en el ámbito global de los tres elementos –conocimiento tecnológico, aprendizaje e innovación– es deseable generar políticas gubernamentales que ayuden a disminuirlas”.
En tanto, Judith Zubieta García, investigadora del IIS, recuerda que hasta el momento no se ha logrado el respaldo de quienes asignan recursos, ni a quienes han impuesto normas de acción, ni los presupuestos han sido los que realmente requiere nuestro país para tener un sistema de invención vigoroso.
La secretaria académica del Programa Universitario de Estudios sobre Educación Superior reflexiona que tampoco ha sido suficiente tener éxito en la creación de capacidades endógenas en la materia, ni los esfuerzos para reforzar la ciencia o la creación de conocimiento. “Propongo que primero nos concentremos en identificar a qué futuro podemos y debemos aspirar, lo que significa identificar en qué realidad nacional podemos ver hoy reflejadas algunas características de esos futuros, que se nos pueden antojar deseados o deseables”.
Por su parte, David Romero Camarena, investigador del Centro de Ciencias Genómicas, dice que en esta política un factor fundamental es la incorporación de los recursos humanos que se están formando en México y el extranjero, pues no es posible mantenerlos, como ahora, subempleados.
Al revisar el último Informe de Gobierno de la Presidencia de la República, el experto en genómica de bacterias destaca que, de 2012 a 2021, en el apoyo a becarios nacionales y al extranjero no se ve “un incremento sostenido en la formación de investigadores”, finaliza.
Fuente: Gaceta/UNAM