Los esfuerzos del presidente Donald Trump para prohibir el ingreso de ciudadanos de varios países con población musulmana propiciaron un repunte de las políticas de odio en el mundo en 2017, alertó hoy la organización Amnistía Internacional (AI).
El presentar su informe anual, advirtió que los retrocesos de Trump en materia de derechos humanos “están sentando un peligroso precedente para otros gobiernos” que han optado por similares cursos de acción para responder al complejo fenómeno de la migración.
Salil Shetty, secretario general de AI, dijo que el año pasado el mundo fue testigo de los extremos a que pueden llegar las políticas de odio, como la campaña militar de limpieza étnica contra el pueblo Ronhingya en Myanmar, o la indiferencia ante tragedias como la crisis humanitaria en Siria y Yemen.
En rueda de prensa, Shetty destacó que la débil respuesta a los crímenes de guerra y de lesa humanidad en esos países y otros como Sudan del Sur e Irak, reveló la falta de liderazgo en derechos humanos, a la vez que bajan garantías de protección “que ha costado mucho conseguir.”
Otras acciones que el informe caracterizó como “signos de regresión” fueron las medidas contra el derecho de protesta en Francia y los intentos de reducir los derechos de las mujeres, observados desde Estados Unidos hasta Rusia y Polonia.
Shetty añadió que “la clara medida de odio” que adoptó Estados Unidos cuando prohibió la entrada de las personas de varios países de mayoría musulmana, “preparó el terreno para un año en el que quienes ejercían el liderazgo llevaron la política del odio hasta sus últimas y más peligrosas consecuencias”.
“Es posible que las políticas de Donald Trump marcaran el principio de una nueva era de regresión en materia de derechos humanos, pero no fueron las únicas”, expresó.
Hizo notar que desde Australia hasta Hungría se puede observar que quienes ejercen el liderazgo político llevan mucho tiempo tratando a los refugiados con políticas que intentan deshumanizar este fenómeno.
El informe destacó igualmente que la campaña de ataques contra la prensa bajo el eslogan de “noticias falsas” está siendo adoptada por un mayor número de gobiernos para manipular la opinión pública, sumado al ataque contra las instituciones que tienen función de regulación y supervisión.
Dijo que el año pasado centenares de activistas que participaban en actividades de campaña, perdieron la vida en ataques por parte de autoridades que buscaban silenciarlos, además de amordazar a los medios de comunicación.
Turquía, Egipto y China, país, este último, donde el Nobel de la Paz, Liu Xiaobo murió tras haber sido encarcelado por criticar al gobierno, encabezaron la lista de los países con el mayor número de periodistas enviados a prisión, en respuesta a su trabajo.
“Con los gobiernos persiguiendo sin ningún pudor el activismo a favor de los derechos humanos, Amnistía Internacional fue objeto de amenazas por su trabajo en Hungría y de detenciones sin precedentes de su personal en Turquía”, denunció.
El informe señala que para millones de personas a través del mundo, el acceso a bienes y servicios básicos, como vivienda, alimentos y atención de la salud, es cada vez más precario, advirtiendo que mientras persistan la pobreza y la desigualdad, existirá un riesgo enorme de que se intensifique la conflictividad.
Fuente: Notimex