Óscar Chávez una voz inquebrantable

El cantor Óscar Chávez, merecido Premio Nacional de Artes, cumplió 85 años de edad el pasado 20 de marzo. Ha sido el músico con más grabaciones personales realizadas por artista alguno en México. Si digo un centenar lo más probable es que me esté quedando corto.

_140, aproximadamente _me dice Modesto López, quien de estas cosas es experto, pero me aclara que en su discográfica, Pentagrama, sólo han concretado 40, los 100 restantes pertenecen a otras compañías.

¡Ciento cuarenta!

Sólo los grandes compositores de la música clásica pueden contar con esos números… sin que ellos lo supieran, porque en su tiempo no existía la posibilidad de reproducir sus creaciones en material audible.

Y Óscar Chávez, además, reunió cualidades que hoy en día son prescindibles en el ámbito artístico: congruencia y honestidad, dos principios irrelevantes ?y más aún, paradójicamente, con la saturación de las redes sociales? en las atmósferas musicales.

 

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Óscar Chávez era, definitivamente, infatigable. Hace justo dos décadas atrás salía al mercado su disco España 1936-1939-1975 / Canciones de la guerra civil y resistencia españolas (Instituto de Cultura de la Ciudad de México / Centro Republicano Español de México / Ediciones Pentagrama), que contiene 22 piezas anónimas, en un sentido homenaje a los expulsados por Franco durante la derrota de la Segunda República.

_No es necesario saber cuántos fueron los muertos ?dice Modesto López, el productor de esta joya discográfica?, pues uno solo de ellos caído injustamente allí o en cualquier otra parte del mundo tendría que hacernos tomar conciencia y movilizarnos para impedir que sigan existiendo estos crímenes, y aunque se dice que la historia la escriben los vencedores, también es cierto que la mayoría de las veces la verdad y la justicia no están del lado de los vencedores.

A su vez Óscar Chávez, insigne excavador de la música popular, en ese su parco pero contundente lenguaje, simplemente apuntó en el disco, después de corear vivas a la República, que durante la contienda civil “hubo también hartas canciones”, que son las que incluyó en este disco: “Con ellas queremos nada más demostrar nuestro cariño, y una y otra vez nuestra solidaridad inmortal, y por consecuencia eterna, a todos aquellos seres que se partieron la madre (como decimos por acá) por defender ideales bellos y generosos. Van como van estas canciones, las cantamos desde siempre y aún. Son canciones de ustedes con aromas nuestros, así nos latió, así se nos dio la regalada gana cantarlas a nuestro aire latinoamericano. Ustedes nos legaron casi toda la música, casi todo el idioma. Es imposible olvidar lo inolvidable. Que quede la canción por sus méritos propios y vayan a la mierda (como dicen ustedes) todos los ortodoxos”.

 

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El disco, grabado en Yucatán y en la Ciudad de México, fue musicalizado en distintas sesiones tanto por Jorge Buenfil como por Carlos Porcel del Peralta y Los Morales. No se sabe qué número de disco es éste de la resistencia española en el catálogo de Óscar Chávez, ya que el cantor, en el año 2000, había rebasado la prodigiosa marca de las 100 grabaciones, todas ellas de una calidad elevada y prácticamente, las más, fuera del circuito comercial y radiofónico. Óscar Chávez es un ejemplo sin par de la música autónoma, que no depende de un público fanatizado para acometer su labor profesional, pues lo mismo se internó en las irrefrenables parodias políticas (son ya legendarias sus canciones “neoliberales”) que en los cantos ferrocarrileros, en los tangos prohibidos que en los corridos olvidados, en los sones que en los boleros, en el folclor latinoamericano (¿quién no recuerda su clásico disco Mariguana, editado en los setenta?) que en las tonadas regionales.

Nadie lo detuvo en su búsqueda de las raíces ancestrales. En este sentido, Óscar Chávez ha sido el gran arqueólogo de la música popular. Sin su presencia, sin su entusiasmo, sin su voluntarioso empeño, sencillamente desconoceríamos los rasgos esenciales de la composición heredada del infortunio, del desamparo, de la rabia minimizada, de la espontaneidad lírica, que no significa, en ningún momento, una música desclasificada ni párvula.

El cantor no le temió a los panfletos (“pueblo de España / ponte a cantar / pueblo que canta / no morirá / Una canción / una canción / llena las calles / de la ciudad”) porque sabe que de ellos han surgido, a la postre, no sólo las inmensas canciones sino las claridosas ideologías. Un “panfleto” no lo es si su interpretación es legitimada con rigor y solidez artística. Y lo que menos tuvo Óscar Chávez, a pesar de embellecer diversos “panfletos” (que no lo son en tanto crónica de hechos verídicos), es el de ser un representante de la música, digamos, underground.

Todo lo contrario.

 

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Con sus luminosos cantos, aparte de revestirse de historiador musical, Óscar Chávez condujo al espectador a sitios inesperados: lo sacó de su probable ensimismamiento, legitimó musicalmente las composiciones oscurecidas no por los cantores sino por las industrias conservadoras de la música.

¿Qué es, después de todo, cantar los cantos de la resistencia española, por ejemplo, si no una manera de desempolvar las entrañas de la historia musical?

Toca, en todo caso, al espectador elegir.

 

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Óscar Chávez no le negó al público, sin embargo, una opción a la que, ciertamente, no está acostumbrado; pero no por ello debe privársele de su derecho a la elección personal, melómana, si bien tenemos que reconocer que, desde el inicio de la industria tecnológica, los “gustos artísticos” son impuestos e impulsados e inducidos, con una acogedora docilidad por parte del receptor, desde los medios electrónicos, disminuyendo, cada vez más, las posibilidades alternas tanto de los creadores musicales como de los buscadores de la música.

Óscar Chávez ha sido una magnífica excepción en la turbulenta ruta de la melomanía mexicana.

 

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Contador de lo indecible, y hasta de lo imposible, Óscar Chávez nos ha traslado a aquella cruenta guerra civil española ocurrida justo un año después del nacimiento, en la Ciudad de México, del cantor Óscar Chávez. Nos relató sus momentos climáticos, los airados reclamos, las jocosas consignas, la furia de los vencidos.

El canto de Óscar Chávez ?inalterable en su estilo lacónico, lineal pero conmovedoramente polifacético? es una especie de alegoría documental: durante la resistencia española murieron alrededor de 300 mil personas; fueron largados al exilio un número similar al anterior; aproximadamente 130 mil murieron por desnutrición, enfermedades y ejecuciones después de la guerra; miles de viviendas desaparecieron, centenares de fábricas, iglesias, monasterios y pueblos enteros fueron derruidos. Aparte de la glosa cantora, el compacto incluye un cuadernillo de 56 páginas con todas las letras de las 22 canciones, más el agregado de algunos textos y fotografías que dan cuenta, en un breve repaso, de la guerra que hizo retroceder durante más de tres décadas a la nación española.

Óscar Chávez nos entregó, hace justamente 20 años, un disco que es un notable testimonio de una lucha irrazonable, como lo son finalmente todas las luchas que buscan, otra vez irrazonablemente, los satisfactores que, sin duda, se obtienen del omnímodo poder político…

 

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También le he escuchado a este inimitable poeta cantor (“por ti yo deje de pensar en el mar, / por ti yo deje de fijarme en el cielo, / por ti me ha dado por llorar como el mar, / me he puesto a sollozar como el cielo, / me ha dado por llorar. / Por ti la ternura se niega conmigo, / por ti la amargura me sigue y la sigo, / por ti me estoy volviendo loco de celos, / se vuelven contra mí mis anhelos, / se vuelven contra mí. / Por ti la vida se me ha vuelto un infierno, / por ti estoy muerto de amor tan enfermo; / por ti se han vuelto llaga el Sol y el dolor, se ha vuelto mal la flor y el amor…”) tantas canciones de tan diversa literatura musical que debo agradecerle mi ahondamiento en líricas jamás imaginadas.

No olvido la ocasión en que ambos bebimos toda la noche en un bar ahora desaparecido. Hablamos incansablemente de su oficio y del mío hasta que el alba nos llamó a la cordura.

Recuerdo cómo un vaso de cristal se le rompió entre las manos. Yo, preocupado, llamé al mesero para que cambiara el objeto con las esquirlas en el fondo del ron.

_No te preocupes _me dijo el cantor_, así sabe más rica la bebida…

Y sorbió el trago de una manera tan deliciosa que ganas me dieron de romper el vaso mío…

Fuente: Notimex/ Víctor Roura

Reportan el fallecimiento del cantante y compositor Óscar Chávez

*Ingresó al hospital por síntomas de COVID-19 la tarde del martes

El cantante, compositor y actor mexicano Óscar Chávez, falleció la tarde de este jueves, a los 85 años, así lo dieron a conocer personalidades como Beatriz Gutiérrez Müller y Alejandra Frausto, Secretaria de Cultura del Gobierno de México.

Luego de presentar síntomas por COVID-19, la noticia de su ingreso al hospital fue confirmada a Notimex por Valentina López, encargada de prensa de Chávez, quien platicó que se encontraban a la espera de que les fueran entregados los resultados de la prueba realizada al compositor.

Horas antes en la cuenta manejada como oficial del cantautor, se había publicado: “El Mtro. Chávez sigue estable y muy bien atendido por el personal hospitalario. La prueba para COVID-19 aún está en proceso. Agradecemos nuevamente todas las muestras de afecto y apoyo que han tenido con él”.

Sin embargo, medios como el Festival Internacional de Cine de Morelia expresaron; “El Festival Internacional de Cine de Morelia lamenta el sensible fallecimiento del extraordinario compositor, cantante y actor Óscar Chávez. Le recordamos por su participación en la película ‘Los Caifanes’, de Juan Ibáñez. Deseamos pronta resignación a sus familiares y amigos.

Óscar Chávez, voz de lucha que no se apagará

*Fue reconocido como Patrimonio Cultural Vivo de la Ciudad de México

Óscar Chávez Fernández, fue un cantautor y actor mexicano, que se caracterizó por interpretar y componer diversos géneros de la música popular mexicana, pero reconocido sobre todo por sus canciones de protesta, dirigidas principalmente al gobierno y a la derecha política.

Nacido en la colonia Portales de la Ciudad de México el 20 de marzo de 1935, “El Caifán Mayor”, como era conocido por su participación en la cinta de 1966 Los caifanes, pasó la mayor parte de su infancia y adolescencia en la colonia Santa María la Ribera. Tuvo estudios universitarios en la Escuela Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL) y en la Universidad Nacional Autónoma de México.

Su carrera en la música comenzó en 1963, cuando lanzó Herencia Lírica Mexicana Vol. I, al que le siguieron dos volúmenes más, así como el álbum Los Caifanes, música original de la cinta que protagonizó en 1967 al lado de Julissa, Enrique Álvarez Félix, Carlos Monsiváis y Norma Lazareno, bajo la dirección de Juan Ibáñez, rol que le valió una Diosa de Plata, distinción otorgada por la Asociación de Periodistas Cinematográficos de México, y un premio Ariel por parte de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.

A la par de su carrera como músico y compositor, que se compone de 50 discos, participó en varias producciones cinematográficas como Santa, (1969); El oficio más antiguo del mundo, El cuerpazo del delito, de 1970 y Piedras verdes, (2001), así como en la grabación de programas de radio-drama para Radio Universidad, y fungió como narrador de varios documentales de la historia de México.

Fue el máximo exponente de la corriente musical conocida como Nueva Canción, un encuentro entre lo culto y lo popular, que, en la obra de Chávez, se caracterizó por su fuerte carga política en las líricas, así como una recuperación del folclor latinoamericano, aunque influenciado por el folk estadounidense de músicos como Bob Dylan y Joan Báez.

Aunque entre sus producciones discográficas, Chávez participó de diversos géneros de la música popular mexicana y latinoamericana, sus títulos vinculados con diferentes movimientos sociales son los más recordados, tal es el caso de México 68, inspirado en los movimientos estudiantiles de 1968 en la Ciudad de México, y Chiapas, dedicado a la guerrilla del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), iniciada en 1994; así como la serie Voz viva de México, en el que recita poemas de Sor Juana Inés de la Cruz, amado Nervo y Gilberto Owen.

Comprometido con los estudiantes, los indígenas y pronunciándose en contra de los gobiernos autoritarios, Óscar Chávez se convirtió, a través de su música, en una figura importante de los movimientos y luchas sociales en América Latina, es por eso que se presentó en los principales foros y festivales de la capital mexicana como el Auditorio Nacional, Plaza de la Constitución y el Palacio de Bellas Artes y el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, entre otros.

Entre sus colaboraciones más importantes, destacan los colectivos Compañero presidente, un álbum de estudio interpretado por los músicos hispanoamericanos Inti-Illimani, Soledad Bravo, Andrés Jiménez, Daniel Viglietti, Alí Primera, César Isella, Quilapayún, Óscar Chávez, Ángel Parra y Pablo Milanés; así como un material en directo grabado durante su participación en el Tercer festival de la Nueva Canción Latinoamericana, donde también aparecen músicos como Leon Gieco, Luis Eduardo Aute y Noel Nicola; y una peculiar colaboración en el álbum que celebra 20 años de Panteón Rococó, en el tema Marco´s Hall.

En cuanto a su vida personal, Chávez siempre la manejó con hermetismo. Su esposa, la exbailarina y coreógrafa Raquel Vázquez, también se convirtió en una especie de musa para la composición del tema El infierno es amor, mejor conocida como Por ti. Nunca tuvieron hijos.

En 2011 le fue otorgado el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Artes y Tradiciones Populares, por parte de la Secretaría de Educación Pública; en 2016 fue nombrado Ciudadano Distinguido de la Ciudad de México y en 2019 la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, lo reconoció como Patrimonio Cultural Vivo de la Ciudad de México, en la Fiesta de Trova y Canción Urbana Cantares.

El 29 de abril de 2020, el cantautor fue hospitalizado tras presentar fiebre alta y dificultad para respirar, síntomas asociados a la enfermedad COVID-19, pandemia a nivel mundial. “Aún no lo sabemos con certeza. Lo que nos han dicho es que está delicado, pero estable”, dijo en su momento Valentina López, en cargada de prensa del músico, a Notimex.

Fue la tarde del 30 de abril, que la Secretaría de Cultura confirmó el deceso del compositor, a través de redes sociales: “La Secretaría de Cultura y sus instituciones lamentan el fallecimiento de Óscar Chávez, representante de la trova y la música tradicional mexicana que con su trabajo logró retratar la realidad de la sociedad mexicana y dar voz con su música a las causas justas”.

Fuente: Notimex

Óscar Chávez ¿cómo decir adiós a los amigos?

[Tras la sorpresa y tristeza al recibir la noticia del fallecimiento de Óscar Chávez, el subdirector de esta sección cultural escribió algunas líneas que evocan la entrañable amistad que le unió al memorable artista mexicano…]

 

Por Víctor Roura

Llenaba siempre el Auditorio Nacional durante cada fin de agosto, año tras año. La gente lo quería mucho, e incluso se daba el lujo de olvidarse de una letra e interrumpir a Los Morales, su grupo base, para empezar de nuevo… sin ningún temor de reprimendas del público o resquemor artístico. Con él más valía la honestidad.

Y cantaba siempre las mismas canciones que lo identificaban, más un repertorio nuevo. Porque él nunca agotó su catálogo. Yo le llamaba “el arqueólogo de la música”, y él nada más sonreía. Porque, pese a la gran figura que él se había construido de sí mismo, no dejó jamás de ser un artista humilde.

Una vez le dije que cómo podía memorizar tantas letras. A mí me parecía admirable. Sólo me respondió, lacónico como era, que cómo yo podía escribir tanto. Es la misma cosa, dijo. Aún no le creo.

Se fue pronto de esta vida. Me refiero a que entró al hospital hace un par de días y tras poco tiempo su corazón dejó de latir; sin embargo, vivió, para fortuna nuestra, largamente: ocho décadas y media. Entregado a la honorabilidad musical.

Alguna vez, en el Auditorio nacional, en los vestidores, le reclamó a Silvio Rodríguez que no me estrechara la mano. Porque el cubano me había ignorado por completo. Porque Silvio estaba enojado, y lo sigue estando, por una entrevista donde le hice hablar sobre rock… ¡esa arma del imperialismo! Y lo habían reprendido por ello. Y no me lo perdona, ni me lo va a perdonar nunca. Silvio se fue sin saludarme, Óscar sólo se alzó de hombros y me palmeó la espalda. “Allá él”, me dijo.

Se acaba de ir don Óscar Chávez de esta vida. Y duele el corazón. Porque uno nunca aprenderá a decirle adiós a los amigos.

Fuente: Notimex