Enviar militares a la frontera de Estados Unidos con México será previsiblemente poco útil para disuadir a los inmigrantes que se dirigen en caravana hacia el país, según la Organización Internacional para las Migraciones.
“No tenemos como política comentar las decisiones de un Estado miembro, no importa cuál sea, pero lo que hemos dicho repetidamente y en todo el mundo es que las barreras y las fronteras militarizadas no suelen disuadir a los que intentan cruzarlas”, decía el portavoz de la OIM, Joel Millman, respondiendo a preguntas de los periodistas sobre el plan que ha anunciado el presidente de Estados Unidos de enviar hasta 15.000 militares para enfrentarse a las caravanas de inmigrantes y refugiados centroamericanos.
Millman explicó que la militarización aumenta las ganancias de los traficantes de personas e incrementa el número de muertos en las fronteras alrededor del mundo.
Preguntado sobre la supuesta “invasión” a la que ha aludido el presidente estadounidense, el portavoz recordó que las caravanas no son un fenómeno nuevo. “Llevan ocurriendo diez años o más. Hablar de invasión o cosas así implica asumir que este es un fenómeno nuevo y no creo que nadie en OIM comparta esa opinión”, comentó.
El portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados, por su parte, recordó que “cualquier persona que huya de un conflicto, de persecución o que se sienta insegura en su propio país” debe tener acceso al territorio y un procedimiento de asilo. “Pedimos humanidad y alejar esta discusión de la política”, respondió.
La caravana ha llegado a la localidad de Matías Romero, en Oaxaca. Según cifras del Gobierno de México, unas 4000 personas pasaron la noche allí.
Retorno voluntario
La larga travesía pesa cada día más sobre los centroamericanos que ya llevan recorridos 850 kilómetros desde San Pedro Sula en Honduras. “La fatiga es evidente en muchas de las personas que pasaron la noche en Matías Romero”, dijo el portavoz de la OIM.
El cansancio y las dificultades que les quedan por delante ha hecho que algunos decidan volver, acogiéndose a los procedimientos de retorno voluntario que han puesto en marcha los Gobiernos de México y Honduras. Los hondureños regresan en autobuses o en aviones provistos por el Gobierno de México.
La OIM, gracias a los fondos de un programa del Departamento de Estado de Estados Unidos, está asistiendo en los retornos. En los puntos fronterizos de Agua Caliente y Santa Rosa de Copán en Honduras, han entregado comida y artículos de higiene a los retornados.
Cuatro caravanas, rumbo al norte
Una segunda caravana de 1800 migrantes y refugiados, que entraron el lunes México, han llegado el miércoles a Huixtla, en Chiapas, y han decidido no pedir asilo en México y continuar hacia el norte.
Otro grupo de 500 personas salieron del El Salvador y cruzaron el martes, 30 de noviembre, a México donde la mayoría han pedido asilo. Y otras 1700 personas salieron el miércoles de El Salvador y pasaron la noche del jueves al viernes en Tecún Umán, en la frontera de Guatemala y México.
LA OIM está entregando ayuda a los integrantes de las caravanas. En la estación migratoria Siglo XXI de Tapachula, México, han repartido comida y productos de higiene a 1500 centroamericanos que han pedido asilo.