Tras los hechos ocurridos en Uvalde, Texas, que dejaron 21 víctimas: 19 niños de entre ocho y 11 años y dos profesoras, voces alrededor de los Estados Unidos exigieron un cambio radical en la manera en que se registran y distribuyen las armas a lo largo de su territorio.
Por ejemplo, el presidente Joe Biden llamó desde sus redes sociales y en un discurso en la Casa Blanca a actuar lo más pronto posible frente al problema. “Como nación debemos preguntarnos: ¿cuándo, en el nombre de Dios, nos enfrentaremos al lobby de las armas? ¿Cuándo, en el nombre de Dios, haremos lo que se debe hacer? Estoy enfermo y cansado de eso. Tenemos que actuar”, se lee en uno de los mensajes.
Sin embargo, para Juan Carlos Barrón –investigador y secretario académico del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN)– el avance de posibles reformas que ayuden a solucionar el problema depende de los senadores republicanos, ya que para modificar la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos –la cual garantiza el derecho del pueblo estadunidense a poseer y portar armas– se necesitan 60 votos a favor, y actualmente los demócratas sólo cuentan con 50 (incluyendo a dos senadores independientes).
“Los republicanos están siendo abiertamente apoyados por la Asociación Nacional del Rifle, el lobby de las armas ha invertido mucho dinero en los últimos años en el Partido Republicano y en ciertas candidaturas, particularmente la del senador Ted Cruz. Ese dinero invertido ha conseguido que el Congreso estadunidense no se pronuncie, no tenga una discusión abierta sobre la regulación de las armas en Estados Unidos.”
Los demócratas “han intentado desde hace tiempo que haya una mayor regulación de las armas. En ese momento se convierte en un problema político, porque por un lado la problemática de los tiroteos sigue creciendo, especialmente en los espacios escolares debido a que los jóvenes se enfrentan a muchas regulaciones; pero, por el otro, no es así en el tema de las armas. Es una gran controversia que no se pueda regular ese mercado por intereses políticos”, argumentó el especialista.
Crímenes de odio
María Cristina Rosas, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), señaló que la facilidad con que la sociedad estadunidense puede acceder a armas de fuego sigue cobrando víctimas. “El tiroteo más reciente, que cobró la vida de 21 personas, muestra una vez más los peligros de la pistolización y la importancia de avanzar en legislaciones que restrinjan la disponibilidad de armas para las sociedades. Estados Unidos se ampara en una enmienda constitucional que faculta a los ciudadanos para poder acceder a armas de fuego.
La realidad es que revisando las estadísticas sabemos que cada vez con más frecuencia se producen incidentes en escuelas, en vías públicas y en centros comerciales, donde son victimadas personas inocentes por parte de individuos que portan armas y tienen alguna reivindicación mezclada, seguramente, con alguna distorsión mental”. La profesora de la FCPyS añadió: “Hay también muchos crímenes de odio. Al que nos estamos refiriendo fue difundido en redes sociales, esto se está haciendo una costumbre. Tendremos que pensar en cómo actuar para legislar y tener una mejor supervisión respecto a las redes sociales, los medios de comunicación, precisamente para no incitar y repetir estos hechos”.
Para Juan Carlos Barrón, otro obstáculo es la presencia y la fuerza económica de la Asociación Nacional del Rifle, la cual ha apoyado históricamente las campañas de diversos miembros del Partido Republicano.
“Las encuestas muestran que, sobre todo en las costas, la gente está en favor de una mayor regulación de armas, pero no se puede llegar allí precisamente porque es necesario que haya un número mínimo de senadores republicanos dispuestos. Ése es el problema: la gran mayoría de legisladores de ese partido no estarían dispuestos ni siquiera a que se discuta”, subrayó Barrón.
“La vez pasada hubo una manifestación estudiantil muy importante. Veremos si en esta ocasión se logra conjuntar y organizar el malestar de estos sectores de la población que están empujando cada vez más el tema de las armas. Es un momento crítico para los Estados Unidos, para sus movimientos sociales, la democracia y la pluralización. Es complejo, no es cosa de voluntad de las partes, lo primero es ver si hay un impulso en la sociedad, así habría mayor oportunidad de hacer algo al respecto. Es un momento culturalmente importante para ver si cambian las tendencias.”
Fuente: Gaceta/UNAM