De niño, Marvin Sordell solo se veía en el futuro como futbolista profesional. “Ponía toda mi energía en ello y para mí era el único camino”, declaró el exdelantero del Bolton Wanderers y del Watford. “Mis primeros recuerdos son de jugar al fútbol. Jamás pensé en dedicarme a otra cosa”.
Sordell vio cómo muchos de sus amigos eran elegidos por ojeadores para acudir a pruebas en equipos y él se centró en conseguir lo mismo. Pero a medida que el joven talento cosechaba éxitos, las expectativas también aumentaban.
“La presión era tanto interna como externa. Veía a mis amigos en el punto de mira de los ojeadores en torno a los 12 años y me presioné a mí mismo para integrarme en ese sistema profesional. Pero externamente también, el salto de sub-16 a sub-18 es el salto adelante más grande que se da en el fútbol”.
“De repente pasas de algo más informal a un entorno profesional, entrenando en sesiones dobles y rindiendo a nivel de élite todos los días. Y para mí eso fue muy difícil”.
La pasión de Sordell por el fútbol se había transformado en una presión creciente, exacerbada en 2012 por el hecho de convertirse en una de las promesas con más proyección.
“El año 2012 fue el mejor y el peor de mi carrera. Empecé el año firmando por el Bolton por 3 millones de libras y tuve la ocasión de jugar en la Premier League antes de ir a los Juegos Olímpicos con Gran Bretaña”.
“Pero como contrapunto, fue el periodo más difícil de mi carrera. Nunca antes había soportado ese nivel de presión o de expectativas. Representar a tu país en un torneo de élite, jugar en la Premier League y además con Inglaterra Sub-21. De chaval nunca fui un prodigio ni destaqué. Simplemente intentaba estar a la altura de los demás. La velocidad a la que se transformaba mi vida, estar en el candelero, me resultó muy difícil”.
“Emocionalmente estaba muy encerrado en mí mismo. Sentía el peso del mundo sobre mí y estaba en modo autodestrucción. Llegué a un punto, básicamente mi punto límite, en el que intenté quitarme la vida. Para mí, no merecía la pena vivirla. Sin alegría, sentí ‘¿Qué es la vida?’”.
Sin embargo, tocar fondo despertó algo en él. “Siempre recuerdo ese periodo como el más importante de mi vida. Sin haber tocado fondo, no entendería la vida”.
“La depresión es como conducir por una carretera en la más absoluta oscuridad sin ni siquiera imaginar nunca la luz. Nunca imaginas que eso pueda cambiar. Lo más importante es tener gente cerca, y eso puede suponer buscar ayuda. A veces ni siquiera tienes que hablar; la comunicación se produce de muchas formas“.
La FIFA ha presentado #ReachOut, una campaña creada para sensibilizar sobre los síntomas de los problemas de salud mental, animar a las personas a buscar ayuda cuando la necesiten y actuar cada día para mejorar la salud mental. Futbolistas de ayer y de hoy, incluyendo a Marvin, prestan su apoyo a la campaña compartiendo sus historias personales.
Fuente: FIFA