“Me gusta el apodo. Me lo pusieron a los 8 o 9 años en Chivas. ¿Qué me inspira del apodo? Que estoy ahí para imponer, muchas cosas…”
Eduardo García, el Dragón, tiene muy claro lo que le genera su sobrenombre, aunque lo diga con la voz bajita. Hace no más de 10 minutos que un penal holandés le explotó por tercera vez en los guantes. Hace no más de 10 minutos que el Dragón es el héroe del México finalista de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA Brasil 2019.
“Estoy muy emocionado. Sabía que lo podía lograr, lo visualicé”, le confiesa a FIFA.com. A Taabouni, Braaf y Regeer los quemó con la mirada en la definición por penales. “De algunos tenía referencias y con otros yo me visualicé. Me dije ‘este es mío, este lo tapo’”.
El que visualizó temprano el amor por el arco del Dragón fue su padre, también Eduardo de nombre. “¡Tú no me crees pero es arquero desde que tenía un año!”, cuenta Lalo, vestido en la tribuna del Bezerrao con el mismo buzo celeste de su hijo.
Eduardo hijo, también Lalo para algunos, lo confirma: “Desde que empecé a caminar me gustaba el fútbol pero llevaba el balón con las manos. Y cuando estaba en el kinder mi papá me llevaba a patear a una cancha de arena cerca de la casa. Me gustaba aventarme, ser el que salvara al equipo. Siempre me llamó la atención el que vestía diferente, quería ser yo así”.
El joven que entendió cómo era de niño
El chamaco andaba volando por todos lados pero además tenía otra cualidad muy marcada. “Era muy serio para ser tan chico”, revela Eduardo padre.
“Desde pequeño siempre fui así”, confirma el Dragón. “No le encontraba explicación y conforme vas creciendo, ya ahora me doy cuenta que es lo que quiero y lo que necesito para conseguirlo. Y parte de lo que necesito para conseguirlo es estar bien enfocado”.
Sin dudas lo está en Brasil. Desde el primer partido ante Paraguay llamaron la atención sus cualidades, sus intervenciones en momentos claves. Durante los 90 reglamentarios ante Países Bajos, también. Por algo es el arquero con más atajadas del torneo: 26. También uno de los menos goleados: 3.
Admirador del esloveno Jan Oblak -”a pesar de que le llegan dos o tres veces por partido siempre está ahí para responder”-, puede convertirse el domingo en el tercer portero mexicano en ser campeón mundial sub-17.
¿Por qué crees que podrías lograrlo, Dragón? “Porque los mexicanos somos capaces de lograr cualquier cosa”.