Reporteros Sin Fronteras (RSF) expresa su profunda preocupación por la seguridad de los periodistas en Estados Unidos. Cuando faltan pocos días para la investidura – el 20 de enero- del presidente electo, Joe Biden, en Washington DC, y crecen las advertencias de que pueden aumentar la violencia y la protestas armadas en la capital de EEUU la próxima semana, RSF insta a las autoridades a tomar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los trabajadores de medios que cubren estos acontecimientos.
Cinco personas murieron y muchas más resultaron heridas cuando miles de manifestantes partidarios de Donald Trump irrumpieron en la sede del poder legislativo del gobierno de Estados Unidos la semana pasada, en un intento fallido de detener la certificación de la reciente victoria de Biden en el Colegio Electoral. La Oficina Federal de Investigaciones advirtió sobre la amenaza de futuras “protestas armadas” en los 50 estados.
Durante la insurrección del 6 de enero, los agitadores causaron daños por valor de decenas de miles de dólares en equipos propiedad de The Associated Press, como cables de micrófonos y cámaras, que supuestamente anudaron en forma de horca mientras chillaban “¡Ahora nosotros somos la noticia!“. Los manifestantes partidarios de Trump también destrozaron cámaras al grito de “¡La CNN apesta!” y garabatearon las palabras “Matad a los medios” en las puertas interiores del edificio del Capitolio.
“Los desgarradores relatos de los periodistas que estuvieron presentes en la insurrección de la semana pasada en el Congreso de Estados Unidos eran escalofriantes”, señala la recién nombrada Directora Ejecutiva de RSF en Estados Unidos, Anna K. Nelson. “Condenamos con la máxima firmeza la violencia e instamos a las autoridades a responsabilizar a los presuntos agresores. Pedimos a todos que respeten la libertad de prensa y que se garantice que los periodistas puedan hacer su esencial trabajo de forma segura”.
RSF celebra la declaración realizada el martes por la Oficina del Fiscal de EEUU para el Distrito de Columbia, según la cual los fiscales federales y los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley planean “investigar, enjuiciar y responsabilizar” a cualquier persona que haya participado en actos violentos o intimidaciones [contra miembros de la prensa], incluidas “agresiones, amenazas y daños a la propiedad”.
Apelando a las normas que prohíben contenidos que inciten a la violencia, Twitter y Facebook adoptaron la medida extraordinaria de vetar al presidente Trump en sus plataformas.
Las condiciones de la libertad de prensa se han deteriorado de forma dramática durante la administración Trump. Según el U.S. Press Freedom Tracker (Observatorio Estadounidense de la Libertad de Prensa), solo en 2020 se cometieron al menos 856 agresiones contra periodistas que cubrían protestas. La mayoría de estos incidentes fueron ataques físicos deliberados y sin que mediara provocación contra periodistas claramente identificados, ocurridos durante las manifestaciones de Black Lives Matter en al menos 33 estados de todo el país.
En noviembre pasado, RSF emitió una declaración en la que expresaba su seria preocupación por la continua hostilidad hacia los periodistas. Hoy, reiteramos nuestro llamamiento a los funcionarios públicos para que no solo garanticen la seguridad de los periodistas que cubren las protestas, sino que también investiguen este patrón más amplio de violaciones de la Primera Enmienda.
Animamos a los reporteros a consultar estas recomendaciones para cubrir las protestas de manera segura. De la misma forma, alentamos a los trabajadores de medios de comunicación que hayan sido agredidos o atacados, así como a quienes les hayan robado o destruido sus equipos durante las protestas, a contactar con el U.S. Press Freedom Tracker a través de este enlace para enviar su reporte.
Fuente: Reporteros Sin Fronteras