La demencia es un mal al que muchos no escaparán en su vejez, pero ahora uno de cada tres casos de demencia podría prevenirse atacando factores de riesgo como la educación y la depresión, según una nueva y amplia revisión internacional.
La edad promedio de diagnóstico que era de 80 a fines de la década de 1970 pasó a 85 en el grupo más reciente, según señala un estudio médico realizado por un equipo de 24 expertos en demencia sobre prevención y atención de este mal.
En la edición de The Lancet y en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer realizada en Londres, investigadores destacaron cómo nueve factores de salud y estilo de vida contribuyen en alrededor del 35 por ciento a la reducción de la demencia.
Señalaron que si cada persona cosechaba los frutos de la estimulación cerebral y de la interacción interpersonal que logran al permanecer en la escuela hasta más de 15 años, el número total de casos de demencia podría reducirse.
Los factores controlables que identificaron como importantes en la mediana edad son: la educación, la preservación de la audición, el tratamiento de la presión arterial alta y la obesidad.
A finales de la vida: controlar la depresión, el tabaquismo y el aislamiento social eran muy importantes.
Mantener la actividad física y controlar la diabetes también ayuda.
Pero los científicos aclararon que, en general, un 65 por ciento del riesgo de demencia no se considera potencialmente modificable.
La incidencia de la frecuencia de demencia por edad específica ha disminuido en Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Suecia y los Países Bajos durante cuatro décadas. Pero se incrementa en China.
En tanto, “hay mucho que podemos hacer en términos de nuestro comportamiento y nuestra política de salud pública”, dijo el profesor Lon Schneider de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California.
Identificar lo que es potencialmente prevenible es un desafío, dijo por su parte el doctor Kenneth Rockwood, uno de los autores del estudio y profesor de medicina geriátrica y neurología en la Universidad Dalhousie en Halifax.
“Una parte importante de la demencia parece ser prevenible”, pero la mala salud física es un riesgo importante, especialmente el accidente cerebrovascular y la presión arterial alta. También lo son las circunstancias sociales empobrecidas.
En 2013, una revisión de investigación canadiense concluyó que más de uno de cada siete casos de la enfermedad de Alzheimer podría prevenirse si las personas que están físicamente inactivas comenzaran a ejercitarse en forma regular, señaló Radio Canadá Internacional (RCI).
Desde entonces, otros científicos canadienses han analizado los beneficios de las caminatas y de un ejercicio más intenso.
Fuente: Notimex