La caída de Tenochtitlan en exposición fotográfica virtual

La gran pieza pétrea Teocalli de la Guerra Sagrada, del Museo Nacional de Antropología, que ha resistido el paso de más de medio milenio, abre la primera exposición virtual del Programa México 500, con el que la UNAM evoca, interpreta y analiza la caída de Tenochtitlan.

Esta muestra fotográfica virtual, denominada Interpretaciones de la caída de Tenochtitlan en el arte mexicano. Del Códice Florentino a los murales de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria, es hospedada en el sitio web del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE).

Se trata de una selección de materiales pertenecientes al Acervo del Archivo Fotográfico Manuel Toussaint del IIE, que abordan la historia de la ciudad mexica desde su fundación, en 1325, hasta su caída, el 13 de agosto de 1521.

Este recorrido de 39 imágenes subraya la presencia de Tenochtitlan en el imaginario visual, así como en la construcción de una identidad nacional desde 1521, en la óptica del arte en México.

La narrativa de la exhibición se divide en cinco secciones o salas: Representaciones del símbolo fundacional de Tenochtitlan, el cual es compuesto por cinco fotografías; Llegada de los españoles a Tenochtitlan, con nueve imágenes; Inicio de las batallas, 10 obras; así como Rendición, con siete; y Reivindicación de los vencidos, con ocho.

Obras

En la primera sección destaca la lámina 1 del Códice Mendoza, La Fundación de Tenochtitlan; además de una fotografía que retrata el muro norte de la Representación histórica de la cultura, mural de Juan O’ Gorman, que se encuentra en la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria, realizado en 1952.

En el segundo apartado lucen las litografías de José Guadalupe Posada denominadas El sitio de Tenochtitlan o el último día de un imperio, así como El juramento de Cuauhtémoc, de la Biblioteca del Niño Mexicano. Con otro énfasis pictórico se halla Cuauhtémoc y Cortés, pintura de Joaquín Ramírez, de 1892.

En la siguiente sala se retrata La matanza del Templo Mayor (matanza de Tóxcatl), interpretada en el Códice Durán, donde sobresalen al centro la recreación de los instrumentos de percusión como el huéhuetl y teponaztli.

Se presenta también La historia de México, de Diego Rivera, obra ubicada en Palacio Nacional; además aparecen los énfasis robustos del color y el hierro con El abrazo, de Jorge González Camarena, así como de Cuauhtémoc. Redivivo, de David Alfaro Siqueiros.

En la cuarta sección, Rendición, hay un boceto (del muro sur), para los murales de la Biblioteca Central de Juan O’ Gorman; sin duda, El centauro de la conquista, de David Alfaro Siqueiros, emplaza a los espectadores a interpretar cuánta fuerza humana fue desbordada en este hecho histórico.

La expresión plástica al límite se puede hallar en El tormento de Cuauhtémoc, del mismo Alfaro Siqueiros; le siguen Hernán Cortés de José Clemente Orozco, obra ubicada en el Hospicio Cabañas.

En la última sección, Reivindicación de los vencidos, encontramos fotografías de monumentos, esculturas y la litografía del Monumento a Cuauhtémoc en el Paseo de La Viga, del siglo XIX.

La muestra se cierra con los tonos encendidos de Guerreros Águila y Jaguar, de Federico Eppens de 1980, y el epílogo vehemente de La fusión de dos culturas, de Jorge González Camarena.

Sin horario, sin filas, sin límite de tiempo, estas imágenes de códices, biombos, lienzos, esculturas y muros pueden visitarse en: http://www.esteticas.unam.mx/

Fuente: UNAM