En México hay una deuda social, histórica del Estado, hay un abandono en temas relacionados con salud sexual integral, acceso a derechos sexuales y reproductivos de jóvenes y adolescentes, lo cual se traduce en embarazos no planificados y en infecciones de transmisión sexual, como el VIH.
De acuerdo con Raúl Caporal Montes, coordinador para el Área de Formación e Investigación de la Red Mexicana de Jóvenes y Adolescentes Positivos, el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) es una infección que carga un estigma social fuerte, relacionado con la homo, lesbo y transfobia, estos determinantes sociales.
Destacó que el VIH no es el problema mayor, pues existen medicamentos antirretrovirales con menor toxicidad que permiten tener una óptima calidad de salud, por lo tanto de vida. El problema son aquellas determinantes sociales que rodean a la infección, como pobreza, orientación sexual e identidad de género, así como el no reconocimiento al trabajo sexual como digno, lo que puede resultar en la vulnerabilidad de esas poblaciones.
“Tenemos las poblaciones clave, como usuarios de drogas inyectadas, trabajadoras y trabajadores sexuales, mujeres transexuales, y hombres que tienen sexo con otros hombres”, detalló en entrevista con Notimex el coordinador de la Red conformada en 2012 con el apoyo del gobierno federal y el sistema de Naciones Unidas en ese entonces.
Expuso que de acuerdo con los informes del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el Sida (Censida), se observa que el grupo poblacional más afectado son los jóvenes entre 20 y 25 años de edad.
Caporal Montes compartió que vive con VIH desde hace 10 años, en 2008 se contagió, por desconocimiento y porque no había un acompañamiento institucional que lo acercara a los insumos de prevención.
Refirió que en la actualidad trabajan a nivel nacional en una consulta nacional que pretende conocer los avances de la agenda 2030 que habla de una generación libre de Sida para ese año, la cual se realizó los días 16 y 17 de noviembre pasado en la Cámara de Diputados, el cual fue un diálogo histórico.
Ello, ya que por primera vez los diputados de la Comisión de Juventud y Diversidad Sexual, entre otras comisiones, se sentaron con el entonces equipo de transición del Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), así como del equipo de Naciones Unidas para dialogar con los jóvenes y conocer sus necesidades y presentar una agenda política de 15 puntos para la legislación.
Asimismo, resaltó que hace falta hablar de desigualdades sociales, como la pobreza, pues no todos tienen acceso a medios de comunicación y a Internet, pues es una idea falsa que se ha quedado en el discurso, de que los jóvenes acceden fácilmente a Internet, por lo cual se debe cuestionar cuáles jóvenes.
Éstos pueden ser los jóvenes trabajadores, los estudiantes, los que hacen movilización social, los que viven en situación de calle o que son usuarios de drogas, hay que ver realidades y contextos que afectan a los jóvenes.
Tema aparte es que no en todos los estados del país llegan estos insumos, no hablan o no se abordan con un lenguaje multicultural, sobre todo no abordan el tema de indigenismo o un lenguaje inclusivo para personas trans, entonces estas poblaciones quedan fuera de la estrategia federal de prevención.
En ese sentido, señaló que recientemente el término “mujer trans” entra en los términos que abordan las instituciones de gobierno, se siguen tomando de manera epidemiológica como hombres que tienen sexo con hombres y no se les reconoce el género trans, por lo cual hay mucho que trabajar y legislar.
En cuanto a los estados más afectados, son Veracruz, Yucatán y Chiapas. Se estima que en México hay unas 200 mil personas con VIH y aproximadamente 150 mil diagnosticadas, de las cuales se debe revisar el porcentaje de las que logran tener acceso al tratamiento y no lo abandonan.
Al respecto, precisó que el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) en una investigación que realizó con la Clínica Especializada Condesa (CEC) en la Ciudad de México, determinó que las mujeres son el principal grupo poblacional que abandona el tratamiento antirretroviral, por un tema de acceso económico.
“Las mujeres siguen teniendo la desigualdad económica, que no favorece para nada el poder ir y llegar a tu clínica, tener tu cita médica, adquirir tu tratamiento antirretroviral, es importante checar esto”, expresó.