El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó este jueves en su cuenta oficial de Twitter que enfrenta un juicio político o impeachment por sólo haber realizado una llamada telefónica perfecta. ¿Realmente fue así?
Este jueves inició formalmente en el Senado estadounidense el proceso de juicio político en su contra, de ahí el tuit, en el que enfrenta cargos por abuso de poder y obstrucción de las labores del Congreso. Ambas acusaciones llegaron a dicho órgano legislativo después de que la dirigente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, firmara y entregara ayer la documentación final por la que los congresistas de la Cámara Baja aprobaron el inicio del juicio, el pasado 18 de diciembre.
Con este acto culminó la primera fase de audiencias, investigaciones y conclusiones, la cual duró 10 semanas en el Congreso y logró llevar el juicio político a la siguiente etapa, con más de 200 votos a favor por cada cargo político contra el Ejecutivo.
Desde el comienzo del proceso, el presidente Donald Trump insistió en su inocencia frente a los cargos imputados. Incluso, el mismo día en el que la mayoría demócrata aprobó continuar con el juicio en el Senado, el mandatario afirmó en un acto de campaña en Michigan que estaba a punto de convertirse en el primer dirigente de EUA sometido a un impeachment donde “no hay delito”.
A pesar de que Trump mantiene firme su postura de que no ha hecho nada malo, el Legislativo estadounidense, organismos autónomos de contraloría e instituciones opinan lo contrario frente a las pruebas que acusan posibles presiones del presidente a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, para espiar a Joe Biden y su hijo, con el fin de impactar en los comicios de 2020.
La llamada perfecta
Esa “llamada telefónica perfecta” a Zelenski fue la que desató un entramado de investigaciones que podrían desembocar en la destitución de Donald Trump si los demócratas en el Senado presentan suficientes pruebas que logren convencer a los republicanos de que, contrario a la opinión del mandatario, “sí hay delito”.
A pesar de que la fase de investigaciones en la Cámara de Representantes concluyó en diciembre, las pruebas contra Trump continúan saliendo a la luz con el transcurso de los días.
Este jueves la Oficina de Contabilidad Gubernamental (OCG) anunció que el inquilino de la Casa Blanca violó la ley al retener recursos por cuestiones políticas, ignorando la distribución de presupuesto acordada para el ejercicio y violando la Ley de Control de Embargos.
El organismo autónomo de rendición de cuenta demostró que el Ejecutivo retuvo 214 millones de dólares que serían enviados a Ucrania para ayuda militar. Además, continúan las investigaciones por 186 millones de dólares adicionales cuyo paradero se desconoce.
La Casa Blanca ha defendido la inocencia de Trump durante el proceso de impeachment bajo el argumento de que en la empresa ucraniana Burisma Holdings, donde laboraba el hijo del exvicepresidente Joe Biden, se registraron actos de corrupción, lo que implicó una malversación de recursos.
El exvicepresidente y político demócrata, quien fue el tema central de la “llamada perfecta” junto con su hijo, representa el rival más fuerte contra Donald Trump en la contienda electoral de 2020, donde el actual presidente buscará su reelección, la cual se torna cada día más incierta porque primero deberá librar su posible destitución y salir ileso del proceso en lo que a imagen pública se refiere.
Elementos incriminatorios desde fuera de EUA
Las tensiones relacionadas con el juicio político se han intensificado conforme surgen nuevas pruebas no sólo en territorio estadounidense, sino también en el panorama internacional.
El Ministerio del Interior ucraniano afirmó en un comunicado que existen indicios de un presunto espionaje a la embajadora estadounidense en territorio de Ucrania, Marie Yovanovitch, lo que, de acuerdo con la dependencia, implica una violación a la Convención de Viena y la legislación ucraniana.
Las pruebas presentadas por la Cámara de Representantes y que la Cámara Alta analizará en los próximos días muestran que el juicio contra Donald Trump va más allá de una “llamada telefónica perfecta”. Se trata de un delito que podría quedar impune debido a un sistema político que los expertos han definido como “anticuado” por la sobrerrepresentación partidaria de Trump en las instituciones.
Un juicio político que no es tal
De acuerdo con el investigador y periodista Andrew Kennis, en entrevista con Notimex, cualquier otro presidente en el lugar de Donald Trump ya habría renunciado en lugar de continuar con el juicio de impeachment, puesto que ha quedado clara la existencia de un delito. Sin embargo, no existe presión alguna que lleve al mandatario estadounidense a tomar esa decisión.
Para el doctor en comunicación política, en la historia de Estados Unidos han existido muy pocos impeachments porque, cuando se llega a ese grado, la presión política es tal que los presidentes han optado por presentar su renuncia. Ello, incluso en casos de crímenes menores, como ocurrió con el expresidente Richard Nixon y su involucramiento en el caso Watergate.
Kennis, perteneciente al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) de México, considera que actualmente ni los medios de comunicación han tenido el impacto necesario para presionar al presidente a reconocer los cargos en su contra.
De tal forma, se ha simulado un debate y un procedimiento que no existe, porque las posibilidades de la destitución por la vía del impeachment son mínimas dado que los demócratas requieren el voto de al menos 20 republicanos del Senado.
“Objetivamente hablando, no hay debate. Cometió un delito y se tiene que ir. Sin embargo, no pasará por la composición del Senado, realmente no hay ningún chance”, afirmó el autor del libro “Trump, medios y movimientos sociales”.
Andrew Kennis explicó que lamentablemente el Senado es un órgano legislativo que no representa a la opinión pública, puesto que todos los estados cuentan con el mismo número de senadores, sin importar si se trata de entidades pequeñas o de gran densidad poblacional.
Comentó además que existen dos factores claves para entender la posición cómoda de Trump en medio del proceso de juicio político. El primero, el respaldo de los medios de comunicación estadounidenses que han tratado la existencia de un delito como algo menor y, el segundo, la composición de la Cámara Alta.
Uno de los grandes riesgos de este proceso, según destacó el investigador, es que Donald Trump se convierta en un “mártir” del procedimiento legislativo, lo que dejaría atrás todas las pruebas en su contra presentadas por distintos testigos y fuentes oficiales.
Sobre el rumbo que podría tomar el impeachment, el doctor Kennis afirmó que el respaldo a Trump no sólo se mira en los medios y el Senado, sino también en el Colegio Electoral y la Corte Suprema, donde existe sobrerrepresentación de los estados pequeños, producto de un sistema político anticuado.
Estos elementos permiten proyectar la posibilidad de que Donald Trump consiga su reelección en el futuro próximo, una vez que termine el impeachment y se demuestre que su llamada telefónica a Zelenski fue “perfecta”, sí, pero solamente para sus intereses electorales y el desgaste de los demócratas.
Fuente: Notimex/ Daniela Flores González