Vivimos en un sociedad digital, en la que muchas veces, antes de tomar el tenedor y el cuchillo para comer, agarramos nuestro teléfono de última generación para fotografiar la comida y compartirla en las redes sociales. ¿Pero qué pasaría si pudiéramos utilizar este nuevo hábito del siglo XXI para hacer del mundo un lugar mejor?
La aplicación Share The Meal, o Comparte tu Comida, del Programa Mundial de Alimentos está logrando esta realidad.
¨A través de la app Share the Meal se lanzan campañas que se destinan a diferentes contextos periódicamente. En este momento se está dedicando a ayudar a niños refugiados en Bangladesh de la minoría Rohingyá que huye de Myanmar y también facilita comidas escolares en Uganda. Además, contribuyen a combatir el hambre en el noreste de Nigeria donde hay miles de desplazados a consecuencia de la violencia”, nos explica Lucía Fernandez, especialista de comunicaciones del Programa.
La aplicación, que está disponible en varios idiomas, permite poner un marco a las fotos de nuestras comidas y compartirlo directamente en las redes sociales, por una donación de 40 céntimos de euro o 50 centavos de dólar, una cantidad que en nuestro cotidiano vivir nos puede parecer insignificante, o tal vez tan sólo puede contribuir a un caramelo o a completar el cambio para el autobús, pero puede poner comida en la mesa de un niño sirio o yemenita, e incluso ayudar a pequeños en América Latina que día a día no saben de dónde vendrá su próxima cena.
“Los usuarios de la aplicación Share the Meal tienen la elección de elegir dónde quieren que vaya su donación, sus 40 céntimos. Ahora mismo hay varias campañas abiertas y esas campañas se van actualizando, porque lo que hace Share The Meal es que establece unos objetivos, una vez que se alcanza la meta de financiación para dar de comer a un número determinado de niños, esa campaña se cierra y se abre otra”, cuenta Fernández.
Este año, con motivo del primer Día Mundial de la Innovación y la Creatividad, los trabajadores humanitarios del Programa Mundial de Alimentos se lanzaron a las calles de Milán a entregar monedas de 40 céntimos de euro.
“Evidentemente son monedas falsas, no existen en la realidad, pero las hemos querido crear físicamente para simbolizar esa cantidad mínima que nos cuesta dar de comer a un niño, esas monedas se han repartido a los llamados líderes de opinión en varios países europeos y también en una acción callejera en Milán, donde se las hemos entregado a peatones invitándoles a pensar que podrían hacer con apenas unos céntimos”.
“No puedes comprar ni siquiera un pan con esto” y “realmente no sabía que podía alimentar un niño con tampoco”, fueron algunas de las reacciones más comunes de las personas al recibir sus monedas.
“La gente evidentemente al ver esas monedas se sorprende, porque son monedas que parecen reales pero no lo son y piensan bueno la verdad es que 40 céntimos de euro no dan para hacer muchas cosas, no parece que tienen mucho valor, pero sí que lo tiene y es importante poner en uso ese valor de poderle dar de comer a un niño”, expresa Lucía.
La aplicación Share the Meal lleva funcionando por alrededor de tres años y gracias a las donaciones de los cibernautas ha logrado, entre muchas otras campañas, alimentar a mil niños sirios refugiados en Jordania durante un año, a ocho mil niños en sus escuelas de Haití y ha repartido un millón de comidas en la emergencia de Sudán del Sur, donde el año pasado se declaró la hambruna.
“El Programa Mundial de Alimentos trabaja en una media de 80 países en todo el mundo, en grandes emergencias humanitarias así como en contextos de desarrollo. Estamos presentes en Siria, en Yemen, en la República del Congo, en Sudán del Sur, y en otros contextos que no son emergencia como por ejemplo en muchos países en América Latina, entre ellos en centroamérica: Guatemala, Nicaragua, Honduras. También en el Caribe como República Dominicana, o Cuba, o en sudamérica, como Ecuador, o Colombia, por poner unos ejemplos”, dice la representante del PMA.