Las respuestas de los funcionarios electorales en Estados Unidos a la pandemia de COVID-19 han afectado gravemente la capacidad de algunas personas para votar en las elecciones primarias, dijo Human Rights Watch en un informe publicado hoy. Los funcionarios electorales deben asegurarse de que todos los métodos de votación permitidos en su estado sean de fácil acceso y uso para todos los votantes, de modo que pueda haber una elección general estadounidense fidedigna el 3 de noviembre de 2020.
El informe de 83 páginas, “What Democracy Looks Like: Protecting Voting Rights in the US during the Covid-19 Pandemic” (“Así es cómo se ve la democracia: la protección de los derechos de voto en EE.UU. durante la pandemia de COVID-19”), examina los cambios que implementaron los funcionarios electorales en respuesta a la pandemia de COVID-19 antes de las primarias de 2020 en Arizona, Pensilvania, Carolina del Sur y Wisconsin y su impacto en el derecho al voto. Human Rights Watch recomendó medidas que los funcionarios electorales de EE.UU. deberían tomar para las elecciones de noviembre y en adelante para prevenir violaciones de los derechos al voto, que durante las primarias tuvieron impactos discriminatorios en las comunidades negras y latinas.
“Durante las primarias estadounidenses de 2020, muchos votantes se encontraron con centros de votación cerrados o con largas colas, o se vieron obligados a elegir entre su derecho a votar y su salud”, dijo Alison Parker, directora gerente del programa estadounidense de Human Rights Watch y autora del informe. “Los funcionarios estatales y locales deben asegurarse de que estas restricciones sobre los derechos de los votantes no se repitan en noviembre y que las opciones de votación y su disponibilidad, incluida la cantidad de centros de votación, sean mayores, no menores”.
En las primarias de Wisconsin que tuvieron lugar en la primavera, muchos ciudadanos, en particular de comunidades negras y latinas, no pudieron votar en Milwaukee porque no disponían de horas libres o eran físicamente incapaces de hacer fila, carecían de transporte o temían exponerse al virus COVID-19 en los escasos y abarrotados centros de votación que permanecieron abiertos mientras los funcionarios se adaptaban a la escasez de trabajadores electorales. El cierre de los centros de votación contradice las recomendaciones científicas sobre la reducción de multitudes y filas durante la pandemia.
Según estudios, muchas personas negras prefieren emitir su voto en persona y tener una confirmación visual de que fueron a las urnas, esto pudo haber contribuido a que el cierre y la consolidación de las urnas en los condados de Filadelfia, Pensilvania y de Richland, Carolina del Sur, tuvieran un número desproporcionado de personas buscando ejercer su derecho al voto y a que muchas no pudieran encontrar centros de votación, por que no disponían de medios de transporte o porque no pudieron esperar en la fila.
“Estaba tan indignada”, dijo una mujer de 67 años que vive en Columbia, Carolina del Sur, tras encontrarse su centro de votación normal cerrado, ser rechazada en el centro al que la enviaron y donde además, le informaron, demasiado tarde, que necesitaba viajar a un tercer centro de votación. “Por primera vez desde que cumplí 18 años, no pude votar. Esa noche fue terrible. Sentí que no les era completamente indiferente si votaba o no”.
En las primarias de 2020, los funcionarios estatales y locales tampoco tomaron medidas para superar las barreras burocráticas, lingüísticas y de otro tipo para el voto en ausencia o por correo. Esto impidió que muchos ciudadanos, incluidos negros, latinos y nativos americanos, votaran.
Una mujer entrevistada en Columbia, Carolina del Sur, intentó sin éxito votar en ausencia porque tenía problemas de salud y eso la ponían en alto riesgo de contraer COVID-19. Actualizó su dirección con meses de antelación, llamó varias veces para confirmar el cambio de dirección, pero no recibió su papeleta de voto en ausencia con la dirección correcta a tiempo para votar. “Hice todo lo que pude para votar [en las primarias], pero no lo conseguí”, dijo.
Desde las primarias, Arizona y Wisconsin han tomado medidas para mejorar el acceso de los votantes. Hay un proyecto de ley pendiente en la legislatura de Pensilvania que facilitaría el reclutamiento de trabajadores electorales y el procesamiento de las papeletas recibidas por correo. Una decisión reciente del Tribunal Supremo de Pensilvania amplía el plazo para procesar las papeletas por correo y aumenta el uso de buzones de votación en el estado. No obstante, las autoridades de todos los niveles en todo el país deberían tomas más medidas para garantizar que todos los ciudadanos puedan votar libremente y sin discriminación, dijo Human Rights Watch.
“Los hallazgos de Human Rights Watch dejan en claro que los funcionarios electorales de EE.UU. tomaron algunas malas decisiones que tuvieron un impacto discriminatorio, especialmente en las personas negras y latinas”, señaló Derrick Johnson, presidente y director ejecutivo de NAACP, una organización con un largo historial de lucha contra la discriminación racial en EE.UU. “De cara al futuro, los funcionarios deberían estar al tanto de que, sean cuales sean sus intenciones, las acciones que tienen un impacto discriminatorio violan el derecho internacional de los derechos humanos”.
En los últimos meses, países como Corea del Sur e Indonesia han aumentado el número de centros de votación para adaptarse a la pandemia de COVID-19. Los funcionarios electorales de EE.UU. también deberían aumentar el número de lugares de votación y el uso de buzones seguros para acomodar a los votantes que deseen una confirmación “en persona” de que su voto ha sido emitido, recomendó Human Rights Watch.
Los funcionarios electorales también deberían adoptar medidas para ayudar a las personas que probablemente tengan problemas para votar, dijo Human Rights Watch. Los votantes con discapacidades y de edad avanzada, incluidas las personas que viven en instalaciones residenciales, podrían necesitar adaptaciones especiales, como asistencia para completar las papeletas de voto en ausencia. Los funcionarios deberían asegurarse de que las personas que hayan tenido contacto con el sistema judicial penal y que tienen derecho a voto también puedan hacerlo. Ante las fallas registradas durante las recientes primarias, los funcionarios deberían asegurarse de que los votantes tengan la oportunidad de corregir una ausencia de firma o una firma que no coincida en su papeleta, o cualquier otro error menor, a tiempo para ser contados.
Para contrarrestar los datos del censo de EE.UU. que indican que las personas que viven en la pobreza tienen menos probabilidades de ejercer su derecho al voto, los funcionarios deberían tomar medidas adicionales para que las personas de bajos ingresos tengan fácil acceso a las urnas. La moratoria anunciada sobre los desalojos puede brindar cierta protección necesaria, pero los funcionarios electorales aún deberían hacer todo lo posible para ayudar a los votantes que podrían estar mudándose o que carecen de una dirección estable, dijo Human Rights Watch.
Los funcionarios electorales de EE.UU. también deberían superar la confusión experimentada durante las primarias provocada por los debates sobre la financiación del servicio postal del país, crucial para la votación por correo. Esta confusión hace que sea importante que los funcionarios electorales hagan todo lo posible para asegurarse de que los votantes estén informados sobre cómo navegar su sistema electoral local. Superar los obstáculos del idioma es fundamental para los votantes latinos y nativos americanos, dijo Human Rights Watch.
Adaptarse a las condiciones actuales y evitar los errores de la temporada de primarias de 2020 también significa que los funcionarios electorales podrían necesitar más personal, recursos y tiempo después de la noche de las elecciones para procesar un aumento previsto en las papeletas de voto en ausencia y por correo.
“El deber de los funcionarios electorales es facilitar la votación para todas las personas con derecho a voto”, dijo Parker. “Los funcionarios electorales deberán superar muchos desafíos antes del día de las elecciones y en adelante para proteger el derecho al voto y garantizar elecciones estadounidenses creíbles”.
Fuente: HRW