Entre 2015 y 2030, se prevé que todos los países experimenten un aumento del número de ancianos, especialmente en las regiones en vías de desarrollo. Con este crecimiento, se espera también que incrementen los abusos de los cuales son víctimas, que distan de ser actos aislados para convertirse en patrones de comportamiento.
A pesar de que sigue siendo uno de los tipos de violencia menos tratados, el maltrato a los ancianos ha comenzado a ganar visibilidad en todo el mundo. En particular, este Día Internacional está destinado a denunciar los daños infligidos a las generaciones mayores.
En este día, la experta independiente sobre el disfrute de todos los derechos humanos por las personas de edad, Rosa Kornfeld-Matte, ha destacado que la explotación que sufre este grupo “es [un problema] generalizado, pero mayoritariamente invisible”.
Los familiares constituyen los principales responsables de los abusos financieros y resulta difícil determinar hasta qué punto las transacciones que realizan son o no legítimas. Muchos se aprovechan del desconocimiento de los ancianos para transferir sus activos y otros utilizan la atención y el cariño para obtener una compensación económica.
Aunque se pronostica que la situación empeore, la falta de información al respecto no permite ofrecer previsiones definitivas, debido a que las víctimas, por lealtad, pena o vergüenza, prefieren no denunciar a quienes los utilizan.
La experta ha concluido que cualquier movimiento debe ir en consonancia con los intereses de las personas mayores y alienta a quienes sospechan que otros se aprovechan de ellos a alzar la voz.