La pandemia de COVID-19 ha puesto “patas arriba” los mercados de trabajo, provocando la pérdida de cientos de millones de empleos, dijo este viernes el Secretario General de las Naciones Unidas con motivo de la publicación del informe de políticas sobre el COVID-19 y el mundo laboral.
“Esta crisis del mundo laboral está echando leña al fuego del descontento y la angustia. El desempleo y la pérdida de ingresos a gran escala a causa del COVID-19 están erosionando aún más la cohesión social y desestabilizando países y regiones, desde el punto de vista social, político y económico”, apuntó António Guterres en un mensaje de video.
Según el informe, las medidas tomadas para mitigar la emergencia sanitaria habrán resultado en 305 millones de empleos de tiempo completo menos al término del segundo trimestre de 2020, mientras que el 38% de la fuerza laboral -unos 1250 millones de trabajadores- ostenta empleos en sectores de alto riesgo.
El efecto de estos acontecimientos ha variado según los grupos de población y los países, dependiendo de los niveles de desigualdad y las respuestas de los gobiernos.
Los grupos más vulnerables de población corren el riesgo de que se incremente su fragilidad y los países y comunidades pobres podrían quedar todavía más rezagados.
El impacto a largo plazo de esta crisis aumenta la insatisfacción y ansiedad de por sí imperantes en el mundo laboral debidas a las crecientes inequidades agudizadas por la globalización de la economía, que había prometido beneficiar a toda la población.
El estudio señala que la crisis ha puesto de manifiesto el alto grado de interdependencia de las economías y los mercados de trabajo y que, por lo mismo, la globalización debe redefinirse para que propicie un mundo más inclusivo y sostenible para todos.
El Secretario General considera si se adoptan medidas inteligentes y oportunas a todos los niveles y se toman como guía los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la humanidad podrá salir de la crisis fortalecida, con mejores empleos y un futuro mejor, más equitativo y ecológico.
Tres frentes
En este sentido, el informe y el líder de la ONU citaron tres frentes de actuación:
- Protección inmediata a los trabajadores, las empresas, los empleos y los ingresos en riesgo para evitar los cierres, la pérdida de trabajos y la reducción de recursos
- Prestar atención tanto a la salud como a la actividad económica una vez que se flexibilice el confinamiento para que los lugares de trabajo sean seguros y se respeten los derechos de las mujeres y las poblaciones en riesgo
- Echar a andar una recuperación inclusiva, ecológica, sostenible y centrada en el ser humano, que aproveche el potencial de la nuevas tecnologías y genere empleos decentes para todos, además de sacar partido de las formas creativas en que se han adaptado a la emergencia las empresas y los trabajadores.
“Nueva normalidad”
Guterres apuntó que si bien se habla de una “nueva normalidad”, el mundo ya estaba muy lejos de ser normal antes de la pandemia y abogó por cambiar ese modelo.
“La pandemia ha puesto de manifiesto enormes deficiencias, fragilidades y fisuras. El mundo laboral no puede ni debe ser igual que antes de la crisis”, enfatizó.
Recordó que antes de la crisis, el mundo era testigo de desigualdades cada vez más pronunciadas, discriminación de género sistémica, falta de oportunidades para la juventud, estancamiento de los salarios y cambio climático fuera de control.
El Secretario General exhortó a tomar medidas orquestadas a nivel global, regional y nacional para encaminar el mundo del trabajo por un camino más justo y resiliente y propuso, como una posible providencia, gravar las emisiones de carbono en vez de los salarios.
El informe, por su parte, afirmó que volver al pasado no es una opción. “El nivel de cambio y transformación que hace falta para reconstruir la economía mundial va más allá de volver a construir lo mismo de mejor manera”, apunta.
Finalmente, el estudio explica que la necesidad de crear trabajos y medios de vida para millones de personas requiere un equilibrio entre los sistemas socioeconómico y económico, con una mayor inversión en la protección de las personas y en una economía más verde y con igualdad de género.
Fuente: ONU