El Congreso estadounidense debería proteger a los niños y niñas que trabajan en agricultura

Un proyecto de ley presentado de nuevo en la Cámara de Representantes de Estados Unidos el 31 de marzo de 2022, por los representantes Lucille Roybal-Allard y Raúl Grijalva, protegería del peligro a los niños y niñas trabajadores agrícolas en EE. UU., señaló hoy Human Rights Watch. La legislación, presentada durante la Semana de Concientización sobre los Trabajadores Agrícolas, abordaría lagunas en la legislación laboral estadounidense que permiten que los niños y niñas menores de 18 años trabajen por cuenta ajena en la agricultura a edades más tempranas, durante más horas y en condiciones más peligrosas que en cualquier otra industria.

La Ley Infantil para el Empleo Responsable y la Seguridad en las Granjas (CARE Act) modificaría la legislación laboral estadounidense para elevar la edad mínima de contratación en agricultura a 14 años, y la edad mínima para realizar trabajos peligrosos a 18 años, de modo que sean equivalentes a las edades mínimas en otros ámbitos laborales.

“Niños y niñas de tan solo 12 años son contratados para realizar trabajos agotadores en las granjas de EE.UU., donde están expuestos al riesgo de sufrir graves lesiones, golpes de calor, envenenamiento por pesticidas e incluso la muerte”, dijo Margaret Wurth, investigadora sénior de la división de Derechos del Niño en Human Rights Watch. “La Ley CARE proporcionaría a los niños y niñas que trabajan en agricultura protecciones importantes de las que ya gozan niños y niñas que trabajan en los demás sectores”.

Según la Ley de Estándares de Trabajo Justo de EE.UU., a partir de los 12 años los niños y niñas pueden trabajar legalmente un número ilimitado de horas en granjas de cualquier tamaño con el permiso de sus padres, siempre y cuando no falten a la escuela. No existe una edad mínima para que los menores trabajen en pequeñas granjas o en granjas familiares. A los 16 años, los niños y niñas que trabajan en la agricultura pueden realizar trabajos que los expertos en salud y seguridad consideran especialmente peligrosos, mientras que, en todos los demás sectores, los trabajadores deben tener al menos 18 años para realizar trabajos peligrosos.

En base a entrevistas a más de 200 niños y niñas trabajadores agrícolas, Human Rights Watch publicó varios informes sobre los peligros que enfrentan mientras cuidan y cosechan una serie de cultivos en EE.UU., como frutas y verduras, árboles de Navidad, algodón y tabaco. El trabajo en el cultivo de tabaco tiene el riesgo añadido de la intoxicación aguda por nicotina, que se produce cuando los trabajadores absorben la nicotina a través de la piel, provocando náuseas, vómitos, dolores de cabeza y mareos, entre otros síntomas agudos.

Más niños y niñas trabajadores estadounidenses mueren en la agricultura que en cualquier otra industria, según un estudio del gobierno estadounidense de 2018. Cada día, 33 niños y niñas resultan heridos mientras trabajan en granjas en Estados Unidos.

Además de elevar las edades mínimas de trabajo en la agricultura, la Ley CARE limitaría el número de horas que los niños y niñas de 14 y 15 años pueden trabajar en días escolares y prohibiría hacerlos trabajar antes de las 7 de la mañana o después de las 7 de la noche. La legislación eximiría a los niños y niñas que trabajan en las granjas de sus propias familias, o que participan en programas educativos como el club 4-H.

Los miembros de la Cámara de Representantes deberían tomar medidas inmediatas para someter la legislación a votación, dijo Human Rights Watch. El Departamento del Trabajo debería actualizar la normativa sobre el trabajo peligroso para los niños y niñas en la agricultura y hacer cumplir rigurosamente las leyes sobre el trabajo infantil.

“Las leyes vigentes sobre el trabajo infantil en EE. UU. son deplorablemente obsoletas y exponen a los niños y niñas trabajadores agrícolas a un riesgo inaceptable”, señaló Wurth. “El Congreso debe actuar rápidamente para adoptar la Ley CARE y garantizar que todos los niños y niñas estén protegidos por igual”.

Fuente: HRW