Los carotenoides son pigmentos orgánicos solubles que han probado su eficacia en la prevención de algunas enfermedades, ya que por sus propiedades antioxidantes estimulan la respuesta inmunológica e incluso ayudan a disminuir los efectos adversos del estrés.
“El interés por los efectos benéficos en los humanos se ha estimulado por estudios clínicos que sugieren que el consumo de alimentos ricos en carotenoides reduce la incidencia de varias enfermedades. Esto se debe a sus propiedades antioxidantes”, refiere el artículo “Carotenoides. ¿Qué son y para qué se usan?”, publicado en la Revista de la Academia Mexicana de Ciencias.
Sus autoras explican que los antioxidantes neutralizan diversas sustancias químicas que pueden dañar las membranas celulares y el material genético, lo que puede devenir en algunos tipos de cáncer y otras enfermedades como Alzhéimer, Parkinson, Diabetes, Artritis Reumatoide, neurodegeneración y enfermedades cardiovasculares.
Anayeli Quintana López, Crisantema Hernández, Elena Palacios Mechetnov y Miguel Ángel Hurtado Oliva señalan también que el aporte elevado de carotenoides en la dieta humana puede reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer como el de garganta, esófago y mama, además de ser capaz de suprimir el crecimiento de ciertas lesiones precursoras del cáncer (adenomas) en el intestino.
Aunado a ello, a los carotenoides se les atribuyen propiedades antiinflamatorias, por lo que además de prevenir el envejecimiento, son útiles para tratar la mayoría de las patologías que se caracterizan por niveles crónicos de inflamación.
Regular los niveles de colesterol, contribuir a una buena circulación sanguínea e incrementar el rendimiento o estimular la recuperación tras el ejercicio físico, son otros de sus beneficios probados.
Las investigadoras de la Universidad Autónoma de Sinaloa del Centro de Investigación y Desarrollo y del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste refieren que actualmente se conocen alrededor de 700 carotenoides, de los cuales 200 son de origen marino, mismos que son indispensables para la vida y deben obtenerse a partir de la dieta, ya que ningún animal, incluido el humano, puede producirlos.
Estos antioxidantes naturales se encuentran de forma natural en algas, plantas y algunas clases de hongos y bacterias, así como en vegetales terrestres como zanahorias, papayas, melones y naranjas; están también en especies de peces y crustáceos, incluidas truchas, langostas, cangrejos, salmónidos, camarones y mejillones, detallan.
Fuente: Notimex