Mientras el mundo sufre una crisis sanitaria por el nuevo coronavirus, dos de las potencias más grandes, Estados Unidos y China, entran en conflicto por las libertades de un territorio que se ha calificado como un peón político: Hong Kong.
Como si no bastasen las avasalladoras cifras de contagios y decesos por la nueva cepa viral, los gigantes han avivado un conflicto de antaño respecto a lo que en occidente se considera el reclamo por la autonomía de una región asiática.
No obstante, oriente ve a ese apéndice como parte suya. Hong Kong debe tratarse bajo el concepto de “un país, dos sistemas”, argumenta Beijing, lo que le ha valido críticas a nivel internacional, por la semejanza de esa retórica a la idea de “una sola China”.
Ambas naciones están en conflicto por la “búsqueda” que emprendió Estados Unidos de un culpable de la propagación del nuevo tipo de neumonía. Ello ha ensombrecido cualquier pelea geopolítica, pero aun así la pelea continúa.
El conflicto por la excolonia británica, considerada por China como “Región Especial Administrativa”, entra en pugna por la consideración norteamericana de lo que debería ser, según ellos, otra nación.
La entrada en vigor de una cuestionada ley
En su reunión anual, la Asamblea Nacional Popular de China (ANPCh) aprobó el 28 de mayo la Ley de Seguridad con dos mil 878 votos a favor, uno en contra y seis abstenciones.
El voto otorga mandato al comité permanente de la Asamblea para redactar un proyecto de ley que será incorporado a la “mini” Constitución de Hong Kong, evitando así mayor injerencia en cuestiones territoriales al legislativo local.
La ley que pasó la entidad legislativa, también referida como Congreso Nacional del Pueblo de China (CNP) pretende cercar acciones subversivas y secesionistas, además de evitar interferencia extranjera y terrorismo.
Asimismo, la Asamblea abundó que “endurecerá y mejorará” el sistema legal y mecanismos de Hong Kong para salvaguardar los intereses del gigante asiático. Según una publicación de Hong Kong Free Press (HKFP), la ley modificará el ‘Anexo III’ de la mini Constitución, en el cual se especifican los poderes de China sobre Hong Kong, que ahora tendrán nuevas ampliaciones.
En tanto, el artículo 18 de la Ley Fundamental estipula que no se aplicarán leyes nacionales chinas en Hong Kong, salvo las enumeradas en el Anexo III.
“La protección de la seguridad nacional sirve a los intereses fundamentales de todos los chinos, incluidos nuestros compatriotas de Hong Kong”, dijo el portavoz de la ANP Zhang Yesui en conferencia de prensa el 21 de mayo, tras unas de las sesiones del máximo órgano legislativo.
Por otra parte, las próximas elecciones al Consejo Legislativo hongkonés están previstas para septiembre de este año y la oposición, que arrasó en los comicios a concejal de distrito de noviembre de 2019, podría hacerse con la mayoría, según medios locales.
Por ahora, miles de inconformes salieron de nueva cuenta a las calles como lo han hecho durante 12 meses para protestar por su autonomía. El resultado: 360 civiles arrestados al momento, disparos con balas de sal de pimienta, rociados con gas lacrimógeno y golpizas brutales para aquellos no simpatizantes.
Una nueva Guerra Fría
Si bien el conflicto al interior parece intensificarse cada vez más, a nivel internacional la óptica de la disputa territorial no tiene un mejor rostro. El 25 de mayo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, prometió sanciones si la Ley de Seguridad era aprobada por Beijing.
Un día antes, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, advirtió que Estados Unidos había emprendido una campaña para esparcir un “virus político” que provocaría una “Guerra Fría”, desatada por las acusaciones a lo largo de la pandemia.
Durante su intervención ante el poder legislativo de la nación, afirmó que la administración del presidente Donald Trump ha generado muchas mentiras y advirtió a China de permanecer “vigilante” contra cualquier intento de Washington de convertir sus relaciones con Beijing en un nuevo enfrentamiento diplomático o hasta militar.
Días más tarde, Pompeo acusó a China de no dar la autonomía que prometió a Hong Kong, en un comunicado emitido el 27 de mayo. En este, el funcionario expresó que el gobernante Partido Comunista de China, que encabeza el presidente Xi Jinping, tomó una desastrosa decisión que ha socavado las libertades de los ciudadanos hongkoneses.
“La desastrosa decisión de Beijing es sólo una de las últimas acciones que han socavado las libertades y la autonomía de Hong Kong. China prometió a la gente de la excolonia británica esto después de la Declaración conjunta chino-británica, un tratado internacional presentado ante la ONU”, expresó el funcionario en su misiva.
Por ahora, ante la incertidumbre, lo cierto es que otras naciones se mueven con cautela ante la posibilidad de verse apresuradas por tomar partido.
Reino Unido, por su parte, ya ha respaldado las decisiones de Estados Unidos, mientras que Rusia dio un espaldarazo a los proyectos de China, y la incomodidad aqueja a otros como Corea del Sur, que con tibieza ha manifestado preocupación por fracturar sus relaciones al elegir un bando.
Fuente: Notimex