Aunque el 70 por ciento de los latinoamericanos dicen estar preocupados por los efectos del cambio climático, 45 por ciento de ellos no estarían dispuestos a pagar un impuesto a la gasolina, dio a conocer Alejandro Gaviria, rector de la Universidad de Los Andes.
En una conferencia de la cátedra abierta “Nuestro Futuro”, organizada por el Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para América Latina y el Caribe (CODS), en la que estuvo acompañada por Catalina González, profesora del Departamento de Ciencias Biológicas, el rector dio a conocer los resultados de la Encuesta de Percepción de Consumo Sostenible.
El primer dato fue que 70 por ciento de los latinoamericanos manifiestan estar muy preocupados por el cambio climático. “Existe un porcentaje grande de personas que aceptan las consecuencias del cambio climático; los negacionistas no son mayoría, y ese dato es positivo”.
Sin embargo, presentó otra cifra: el 45 por ciento de los latinoamericanos no estarían dispuesto a pagar un impuesto a la gasolina, lo que quiere decir que en el fondo es difícil que los habitantes cambien sus hábitos de vida para adaptarse al cambio climático.
Una tercera cifra mostró que, en Colombia, solo el 25 por ciento de la población reporta patrones de consumo responsables, “lo cual es preocupante, porque la preocupación por el cambio climático no se traduce en cambio de hábitos. Nos estamos comportando como si lo estuviéramos negando”, dijo el rector Gaviria.
Unas consecuencias de la crisis ambiental, según el directivo universitario, serán los conflictos por la tierra y los socioeconómicos. “La gobernanza global será mucho más difícil si en los próximos años el calentamiento global pasa de los dos grados centígrados adicionales”.
Catalina González, por su parte, afirmó que pese a que en Colombia existe la proyección de que en las cordilleras no se presente un calentamiento como en el de la costa Caribe, las mayores precipitaciones pueden generar retos por deslizamientos, avalanchas y crecidas en los ríos.
Gaviria enfatizó en la costa Caribe, donde el calentamiento global puede generar serias consecuencias, no solo por la geografía de la región, sino por los indicadores de pobreza.
González agregó que ciudades como Barranquilla están en la lista de urbes costeras más vulnerables del mundo, por la falta de preparación para la mitigación del cambio climático.
En Colombia, agregó, la sociedad debe saber que el clima que conocimos hasta ahora no volveremos a tenerlo. Es necesario, “hacer un duelo por el clima para entender que estamos entrando a un mundo nuevo, en el que las reglas serán distintas”.
Gaviria dijo que hay cosas inequívocas, como el aumento de la temperatura, del nivel de los océanos, el descongelamiento de los glaciares y el aumento de emisiones producto de la actividad humana, y pese a que aceptó que es difícil hacer predicciones en temas tan complejos, con Catalina González concluyó un promedio de incremento de 1.5 grados Celsius, de manera optimista, y de 4 grados Celsius, siendo pesimistas.
Con un incremento de 3 grados, agregó González, habría un caos climático: se generaría un descongelamiento casi total de los casquetes polares, el nivel del mar sería altísimo y las consecuencias humanas serían drásticas.
Para no llegar a este escenario, la humanidad todavía puede actuar. González y Gavira hablaron de la transición energética y de la necesidad de replantear los cambios en los usos de suelo.
En Colombia, señaló González, el 62 por ciento de las emisiones se dan por los cambios en los usos de suelo. “La ganadería es un tema pendiente, así como la transición a energías limpias, como la eólica, la solar o los biocombustibles”.
Fuente: Notimex