En el 2006, supe de la excarcelación de un joven ciudadano estadounidense, después de semanas de invitarle a que me contara su historia lo convencí, la entrevista fue publicada en su totalidad en el periódico local Punto Hispano. Ahora, revisando archivos y porque me parece importante, como una reflexión para los que son padres, madres y adolescentes, me atrevo a desempolvar para contarles parte de aquella entrevista.
“Tenía un poco más de 15 años y ya estaba en la prisión juvenil. Mi soledad empezó a causarme estragos en mis pensamientos, poco a poco comencé a darme cuenta del daño que había causado a muchas personas inocentes”.
“No te puedo mentir, me negaba a cambiar, me gustaba el tipo de vida que llevaba cuando estaba en las drogas, cuando hacía daño a otros pandilleros”.
“Ahora estoy libre, después de cumplir una sentencia de casi 10 años en diferentes cárceles”.
“¿Me preguntas de las razones de caer en la drogadicción? Fueron muchos factores, además, no sentía el suficiente amor por parte de la familia y eso me traumó, empecé por juntarme con pandilleros, en la escuela y después fuera de la misma”.
“¿Me preguntas si creo en Dios? Entré católico y salí cristiano. De esto quiero contarte algo que cambió mi pensamiento. El día de mi sentencia, cuando los guardias me regresaban a la cárcel una mujer desconocida me dijo: ‘Dios te tiene deparado un futuro diferente, búscalo’”.
“Hay algo que quiero hacer notar, es triste que la iglesia católica y el mismo culto que celebran los cristianos. Tienen un culto de creencias y los jóvenes, al menos yo deseo un culto de prácticas y de hechos, no solo de palabras”.
“Los jóvenes luchamos en inferioridad de condiciones por amor y comprensión de los padres y madres, pareciera que la gran mayoría fueran incompletos”.
“Yo, hubiera querido que mi padre en vez de violencia e intolerancia hubiese sido como un tejedor de abrigos y mi madre una costurera que hilvanara afectuosamente mis tristezas y mis soledades, porque fueron muchas”.
“¿Me pides alguna frase para los padres? Sencillo, que no se conviertan en enemigos de sus hijos. Y ya que estoy haciendo recomendaciones, creo que los jóvenes deben buscar el espacio para pedir a los padres que las cosas materiales deben pasar al final de la lista de necesidades”.
“¿Qué, que si creo en el amor? Estoy buscándolo”.
Sé que este joven sigue viviendo en Atlanta, que se casó. ¿Encontraría el amor? ¿Será feliz? Ojalá.