La académica Alyshia Gálvez analiza en un libro publicado este mes en Estados Unidos los efectos que ha tenido el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en la salud de los mexicanos, aquejados actualmente por una crisis de obesidad y diabetes.
Investigadora de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), Gálvez explora la manera en que más de dos décadas del TLCAN, ahora renegociado como USMCA, han alterado la dieta de los mexicanos, y como estos nuevos hábitos han disparado una serie de enfermedades crónicas.
Titulado “Eating NAFTA: Trade, Food Policies, and the Destruction of Mexico” (Comiendo el TLCAN: comercio, políticas alimentarias y la destrucción de México), el libro señala que enfermedades vinculadas a la dieta cobran cada año más vidas de mexicanos que la llamada guerra contra las drogas.
“Si vemos gráficas de cuánto aumentó la obesidad y la diabetes en México se nota una correlación demasiado perfecta con el TLCAN. Es a mediados de la década de 1990 cuando detona en México esta epidemia de obesidad y diabetes”, explicó Gálvez.
En entrevista con Notimex, Gálvez aseguró que la popularización de comida altamente industrializada sucedió en varias partes del mundo, pero que el TLCAN permitió que en México, al mismo tiempo, se perdieran modos de producción tradicionales de alimentos.
“Hay aspectos muy particulares del TLCAN en que Estados Unidos violó los principios de libre comercio para proteger a sus industrias y para desproteger al campo mexicano, como en el caso del maíz”, puntualizó Gálvez.
La investigadora subrayó que los subsidios del maíz que recibe la agroindustria de Estados Unidos superan los 80 mil millones de dólares cada año.
Tal asimetría provocó en México una masiva migración del campo a las ciudades y a Estados Unidos, que en esa década experimentó el mayor flujo migratorio de mexicanos en su historia. Además, alteró de modo profundo los hábitos alimenticios de los mexicanos.
Bajo ese nuevo contexto, en que tiendas de conveniencia y grandes supermercados comenzaron a poblar el paisaje mexicano, México ascendió al primer lugar en diabetes y obesidad en el mundo, de acuerdo con numerosos estudios.
Esa epidemia de salud pública fue no solo posible por una mayor disponibilidad de productos como sodas y alimentos altamente procesados sino por una campaña de mercadotecnia que ponía énfasis en que la responsabilidad de ingerir esas mercancías era del individuo.
Las empresas así evitaron regulaciones o siquiera etiquetas de advertencia sobre los riesgos a la salud que implican sus productos. Estas campañas han sido tan exitosas, de acuerdo con Gálvez, que incluso han guiado estrategias de salud en México.
“Las corporaciones han buscado con su mercadotecnia colocar la responsabilidad en el individuo para que puedan seguir vendiendo productos nocivos sin sufrir ellos las consecuencias”, afirmó Gálvez.
Pese a su mirada crítica, la investigadora aclaró que el TLCAN o el USMCA debe continuar debido a que su eliminación afectaría vínculos económicos y comerciales establecidos durante años.
Asimismo, Gálvez es optimista respecto a los hábitos de consumo de los mexicanos, y respecto a la manera en que se producen alimentos en México. En ese sentido, la demanda mundial de productos frescos y orgánicos de la cocina mexicana puede impulsar este cambio.
“Vemos como el respeto mundial a la cocina mexicana ancestral está creando un mercado nuevo en que gente sí quiere pagar por tortillas hechas a mano y para comer de forma más autóctona y orgánica. Quizá sí se pueda basar una economía del campo en esos factores”, apuntó Gálvez.
Fuente: Notimex